INFORMATE!
La marihuana causa daños cerebrales.
El tantas veces esgrimido estudio del Dr. Robert Heath a finales de los 70, así lo declaraba. Sin embargo, el Instituto de Medicina y la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos patrocinaron un estudio llevado a cabo por distinguidos científicos, el resultado se publicó con el título “Marihuana y Salud” en 1.982, y desmontaba las tesis de Robert Heath a quien se criticaba duramente por los insuficientes muestreos realizados (sólo cuatro monos), las altas dosis empleadas, la falsa identificación de la estructura normal del cerebro del mono como dañado y, en general, su predeterminación y falta de imparcialidad. Estudios actuales sobre seres humanos consumidores de cannabis han demostrado que no existen daños cerebrales de ningún tipo. Dos trabajos publicados en 1.977 en la Revista Médica Americana mostraban que no existían daños cerebrales en personas que habían consumido la planta en grandes cantidades y durante muchos años. Ese mismo año la Asociación Médica Americana se declaró a favor de la descriminalización de la marihuana.
Marijuana and Health, Institute of Medicine, National Academy of Sciences, 1982. Co, B.T., Goodwin, D.W., Gado, M., Mikhael, M., and Hill, S.Y.: “Absence of cerebral atrophy in chronic cannabis users”, Journal of the American Medical Association, 237:1229-1230, 1977. Kuehnle, J., Mendelson, J.H., Davis, K.R., and New, P.F.J.: “Computed tomographic examination of heavy marijuana smokers”, Journal of the American Medical Association, 237:1231-1232, 1977.
La Marihuana daña el sistema reproductivo.
Esta afirmación se basa en el trabajo del Dr. Gabriel Nahas, quien experimentó con tejido celular. La comunidad científica rechazó las generalizaciones de Nahas como inválidas. También se ha intentado probar este punto por otros científicos a base de suministrar a animales cantidades casi mortales de cannabinoides. Sin embargo, los animales que sobrevivían al experimento volvían a su estado normal en los 30 días siguientes. En los estudios actuales sobre los seres humanos consumidores, no se ha podido encontrar ninguna evidencia de que la marihuana afecte de alguna forma al sistema reproductivo.
Marijuana and Health, ya citado. Marijuana Reconsidered (Dr. Lester Grinspoon, 1978).
El uso de la Marihuana lleva a otras drogas más peligrosas.
En Holanda, se legalizó parcialmente la marihuana en los años 70. Desde entonces, el uso de las drogas duras (heroína, cocaína o alcohol) ha disminuido considerablemente. Estudios hechos a principios de los 70 en Estados Unidos mostraban la correlación negativa entre uso de marihuana y uso de alcohol. Por tanto, la marihuana tiende a sustituir el consumo de drogas mucho más peligrosas.
Es verdad que un gran porcentaje de heroinómanos, declaran haber consumido marihuana con anterioridad, pero aún es mayor el porcentaje de los que habían consumido tabaco, alcohol, café o iban al cine, y nadie piensa que el cine o el café lleven a la heroína. Por otro lado, muchos “camellos” trafican con distintas drogas lo que en realidad facilita que, en un momento dado, consumidores de una droga determinada adquieran otra. Pero esta cuestión es sólo consecuencia de la prohibición y no de la marihuana en sí misma.
Sobre la experiencia holandesa: “The Economics of Legalizing Drugs”, de Richard J. Dennis, The Atlantic Monthly, Vol 266, No. 5, Nov 1990, p. 130. Sobre la negativa correlación entre uso de marihuana y uso de alcohol: “A Comparison of Marijuana Users and Non-users” de Norman Zinberg and Andrew Weil (1971). “The Effect of Marijuana Decriminalization on Hospital Emergency Room Episodes: 1975 – 1978″ de Karyn E. Model.
La Marihuana inhibe el sistema inmunológico.
Este mito se basa en algunos experimentos hechos con animales (ratas sobre todo) a los que se les suministraban dosis extremadamente altas, casi letales, de cannabinoides. Sin embargo, en los estudios hechos sobre seres humanos, se ha demostrado que el hachís y la marihuana, le pese a quien le pese, no sólo no dañan sino que llegan a estimular positivamente el sistema inmunológico.
“Marijuana and Immunity”, Journal of Psychoactive Drugs, Vol 20(1), Jan-Mar 1988. Estudios que demuestran la estimulación del sistema inmunológico: Kaklamani, et al., “Hashish smoking and T-lymphocytes”, 1978; Kalofoutis et al., “The significance of lymphocyte lipid changes after smoking hashish”, 1978. Wallace, J.M., Tashkin, D.P., Oishi, J.S., Barbers, R.G., “Peripheral Blood Lymphocyte Subpopulations and Mitogen Responsiveness in Tobacco and Marijuana Smokers”, 1988, Journal of Psychoactive Drugs, ibid.
La Marihuana es mucho más peligrosa que el tabaco.
Falso. La marihuana fumada contiene la misma cantidad de elementos cancerígenos que el tabaco. De cualquier modo, un fumador de tabaco consume muchos más cigarros que un consumidor de marihuana, y eso porque el tabaco, con un indice de adicción del 90 %, es la más adictiva de todas las drogas, mientras que la marihuana es menos adictiva que la cafeína. Por otro lado, muchos doctores recomiendan tomar la marihuana en infusión o en la comida para eliminar el efecto de los elementos cancerígenos.
“Health Consequences of Smoking: Nicotine Addiction, Surgeon General’s Report”, 1988. “Hooked, Not Hooked” by Deborah Franklin (Health magazine pp. 39-52) Working Men and Ganja: Marijuana Use in Rural Jamaica by M. C. Dreher, Institute for the Study of Human Issues, 1982, ISBN 0-89727-025-8.
La marihuana acorta las ondas cerebrales.
Este argumento es una gran mentira inventada, con ánimo manipulador, por la “Partnership for a Drug-Free America” (Asociación para una America libre de drogas). Se usó en un anuncio de la TV americana, en el que se mostraban imágenes de ondas cerebrales normales y de ondas pertenecientes a una persona bajo los efectos de la marihuana. Todo era una falsificación sin fundamento. El anuncio hubo de ser retirado de antena ante las quejas de varios investigadores y científicos. En realidad, la marihuana tiene el efecto de incrementar la actividad de las “ondas alfa”, que son las que produce nuestro cerebro en los estados meditativos y de relajación, que a su vez se asocian con la creatividad humana. El número de músicos, escritores, dibujantes, pintores, directores de cine, que han creado grandes obras bajo los efectos del cannabis es realmente exagerado.
Información sobre el anuncio, The Emperor Wears No Clothes, 1990, p. 74. (Jack Herer). “Hard Sell in the Drug War”, The Nation, March 9, 1992, por Cynthia Cotts, la autora revela que la “Asociación para una America libre de drogas ” recibe un gran porcentaje de su presupuesto publicitario de grandes empresas dedicadas a la comercialización de bebidas alcohólicas, tabaco, y productos farmacéuticos. Así, cuando esta asociación exagera los riesgos de la marihuana mientras le resta importancia a los riesgos de drogas legales, puede que no se trate de error o fanatismo, sino manipulación comercial.
Sobre memoria y mejora de los efectos de las ondas alfa: “Marijuana, Memory, and Perception”, por R. L. Dornbush, M.D., M. Fink, M.D., and A. M. Freedman, M.D., presentado en la “124th annual meeting of the American Psychiatric Association”, May 3-7, 1971.
La Marihuana reduce la memoria a “corto plazo” o inmediata.
Cierto, pero malinterpretado. El efecto desaparece cuando ya no se está bajo la influencia de la Marihuana. Algunas veces se ha afirmado que la condición es permanente, y ello en base a los experimentos con monos del Dr. Heath, es decir, sin ninguna base científica que se pueda aceptar racionalmente.
“Marijuana and Health”, ibid. “Marijuana, Memory, and Perception”, ibid.
La Marihuana actúa en el organismo igual que el DDT.
Cierto, pero falaz. Los cannabinoides son liposolubles como numerosas sustancias, incluidos venenos como el DDT y nutrientes como la vitamina “A”, pero ningún prohibicionista hace esa comparación con la vitamina “A”.
Hay cientos de componentes distintos en el humo de la marihuana.
Cierto, pero malinterpretado. No se dice que, por ejemplo, en el café torrefacto hay más de 800 sustancias volátiles, de las que sólo 21 han sido testeadas en animales y 16 de estas causan cancer en los roedores, pero el café sigue siendo usado legalmente y es considerado seguro. Si los argumentos para mantener la prohibición del cannabis fueran aplicados al resto de los productos que consumimos, habría que prohibir prácticamente todo lo que comemos y bebemos.
“Too Many Rodent Carcinogens: Mitogenesis Increases Mutagenesis”, Bruce N. Ames y Lois Swirsky Gold, Science, Vol 249, 31 Agosto 1990, p. 971.
La marihuana es adictiva.
Falso. No existe la dependencia física en esta droga. Tan sólo se puede hablar de adicción psicológica, como la que producen el chocolate (de pastelería), el deporte, la televisión …, y que por supuesto depende de cada persona. Recordemos aquí que un 10% de la población tiene “personalidades adictivas” que le hacen “engancharse” en cualquier cosa, ya sea la marihuana, ya sean las telenovelas, pero ninguna de las dos le causa graves daños a su salud.
Costa Rican Study, 1980; Jamaican Study, 1975; Nixon Blue Ribbon Report, 1972, y otros. Psychology Today, Newsweek, y otros.
La sobredosis de marihuana causa la muerte.
Nadie ha muerto NUNCA por sobredosis de marihuana. Las pruebas sobre animales han revelado que se necesitan dosis extraordinariamente altas para que sean letales. La ratio calculada entre las dosis normales para alcanzar los efectos de euforia con respecto a la cantidad necesaria para producir la muerte es de 1 a 40.000. Para tener una sobredosis habría que consumir 40.000 veces la marihuana necesaria para “colocarse”, y en un periodo tan corto de tiempo que hace virtualmente imposible tal evento. En el alcohol, esta ratio puede ser aproximadamente de 1 a 10. Por eso más de 5.000 personas mueren cada año por sobredosis de alcohol y nadie muere nunca por sobredosis de marihuana.
La toxicidad del cannabis y el alcohol son comparadas en “Marijuana Reconsidered”, ibid., p. 227. La ratio de mortalidad ya venía reflejada en “Lowe”, Journal of Pharmacological and Experimental Therapeutics, Oct. 1946. Las sobredosis anuales de alcohol están documentadas en “Drug Prohibition in the United States: Costs, Consequences, and Alternatives” por Ethan A. Nadelmann, Science, Vol 245, 1 September 1989, p. 943.